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Bailar para festejar

Celebración del primer año de funcionamiento de La Casa del Río.

Bailar para festejar

Celebración del primer año de funcionamiento de La Casa del Río.

La Casa del Río, el local comercial que reúne a los productos de los emprendimientos de nuestro hospital, cumplió un año de su inauguración y lo festejó con un festival en el Thompson.

El viernes 3 de mayo por la tarde se realizó la celebración.  El corte de calle Bravard, donde se ubica este local, y los gloriosos banderines dispuestos de punta a punta en el frente del Hospital de Día –que también funciona allí-, indican que hay fiesta.

A partir de las 17 hs se abren las puertas de esta casa que aloja a todo un equipo de trabajadoras/es, usuarias/os y familiares, allí donde la intemperie del afuera es una amenaza, esta comunidad responde como refugio.

En el salón de ingreso, ante el frio, se propone una Feria Americana. Además, ahí mismo, el Taller de Música comparte sus producciones. Suena Giros de Fito.“No todo el mundo tiene primaveras” dicen, mientras circula un plato de torta casera, esa de la que siempre se hace lugar en los eventos del hospi contra todo pronóstico presupuestario. El Taller de literatura compartirá “a lo que llegaron”,  dicen que son textos literarios pero también un poco cómicos, palabras que aún se siguen escribiendo.

Los emprendimientos aprovecharon el momento para visibilizar y vender sus productos: chipá, tarteletas, pines, producciones textiles, y entre otros productos que daban vueltas por todos lados junto con los mates como soldados.

La calle ahora es una pista de baile. Los truenos y la llovizna nos hacen dudar a las y los asistentes de si hace. No importa, deciden las organizadoras.  

Las canciones las convida El Club del Baile, un grupo de amigos que va por distintos puntos de la ciudad con la consigna de “bailar porque sí, aún si no sabemos bailar”. Chacareras, rock, cumbia, salsa, pop fueron algunos de los géneros propuestos.

Compañeras y compañeros de La Bisagra toman el micrófono para decir fuerte los convité de la tarde. ¿Cómo les va? ¿Cómo la están pasando?, es lo que más les importa.

Las infancias corren por todo el festival. Hijas/os, sobrinas/os, nietas/os no importa qué los relaciona con la salud mental, se funden en el paisaje, y nos plantan la pregunta si esta vez será posible empezar de nuevo.

Ahora hay que desocupar las manos  y hacer la ronda final para bailar, trotar, correr al son de Zorba El Griego.

La Casa del Río cumplió 1 año. Nos da orgullo.

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