La autogestión como herramienta creativa para enfrentar la crisis
El trabajo sostenido desde el Hospital de Día
Hospital de Día es un dispositivo de salud mental que trabaja con personas usuarias de manera ambulatoria, es decir aquellas que concurren específicamente para participar de diversas actividades en el marco de un abordaje de salud.
La casita del Hospital de Día se encuentra en Bravard 266 (zona Thompson). Este espacio, otorgado al hospital a casi 30 años de su funcionamiento, ha permitido renovar las propuestas y la apuesta por otro modo de pensar los tratamientos, la prevención y promoción de la salud y el cuidado.
En ese marco y como una forma de anclaje con la nueva vecindad, el equipo de Hospital de Día viene sosteniendo talleres abiertos a la comunidad por fuera de la actividad asistencial. Estas actividades son pensadas además, en el marco de la autogestión y la generación de recursos para poder llevar adelante otras actividades. Un bono contribución muy accesible es la llave de ingreso aunque no es un impedimento: “Hemos creado la figura del becado o becada para que las personas usuarias puedan participar”, relata Belén Betti una de las coordinadoras del espacio y médica del equipo.
Se realizan por fuera del horario destinado para la actividad asistencial. La tarde de los viernes, cuando la semana hábil comienza a despedirse, suele ser el espacio temporal elegido. Las personas trabajadoras del espacio disponen sus otros saberes y los ofrecen en talleres vinculados a la alimentación viva, el plegado, la ginecología natural, la fotografía o el fotobordado. “Cada propuesta tiene que ver con quienes somos y entonces, nuestras redes y contactos ponen a circular esa invitación”.
“Estos espacios, además, siempre son una excusa para vincularnos con otres: organizaciones, cooperativas, instituciones y personas que conocen el Hospital de Día a partir de una de estas actividades y del interés por estas propuestas abiertas. Quienes llegan por primera vez se encuentran con una institución de salud mental que no es de las más tradicionales”.
Comenzaron a realizarse en 2019. La pandemia puso en compás de espera estos talleres. Por entonces, la articulación había sido con Extensión Cultural de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). El motor fue una crisis vivida por quienes habitan la casita: “Nos habían robado las maquinarias que teníamos para sostener nuestros emprendimientos de panadería. A partir de un espacio de psicodrama que ofreció generosamente una tallerista que venía trabajando con nosotres, y de lo recaudado por esa actividad, logramos reponer las maquinarias”.
El dinero que se recauda les permite cierta autonomía a la hora de planificar los Talleres Recreativos Culturales que es uno de los ejes de trabajo del Hospital de Dïa. La posibilidad de convocar a otros talleristas, la compra de materiales, el mantenimiento de la casita, son algunos de los destinos.
Las grupalidades que se sostienen actualmente en este dispositivo de salud, además de la atención singular, están divididas en:
- Promocionales de la Salud: yoga, caminatas.
- Laborales: donde se incluyen la diversidad de emprendimientos, incluida La Casa del Río que los reúne y pone a disposición de la comunidad)
- Recreativas Culturales: música, teatro, literatura, arte, muraleada, etc.
- Grupos de familiares de personas usuarias.
Belén, destaca el compromiso del equipo, el “ponerse la camiseta” del Hospital de Día y el amor con el que todas las personas trabajadoras se ponen al hombro las actividades y la convocatoria: “Los talleres abiertos es algo que nos sumamos a nuestra actividad laboral habitual. Es una instancia donde donamos nuestro saber en pos de conseguir fondos para poder tener cierta autonomía a la hora de pensar las actividades que ofrecemos”.