Cuidar al Hospital y a quienes asisten

Cesar Nani es uno de los celadores que se ocupan de velar por el orden institucional y el cuidado de todes.

A partir del acontecimiento covid que funcionó como elemento ordenador (nuevo orden) se puso en práctica en nuestra institución un protocolo con el fin de regular la convivencia de los trabajadores, como también, la relación de los trabajadores con los usuarios.

Este nuevo funcionamiento tiene como objetivo prevenir la propagación del virus. Entiendo que el protocolo que nos brindó un funcionamiento sistémico, puso de relieve cómo el desempeño de cada sector trasciende al mismo en beneficio o perjuicio de los demás, tengan éstos, relación directa o no. Es decir, el protocolo hizo de las partes, un todo.

En referencia a nuestra especificidad, somos una institución de salud mental y teniendo en cuenta la singularidad de nuestro quehacer, entiendo que las buenas o ma- las prácticas como efectores de salud mental no se reducen al in- terior de un consultorio o dispositivo, sino que se hace extensivo a los límites del hospital durante el día completo.

Ahora; las preguntas que me surgen teniendo en cuenta lo anteriormente desarrollado: ¿Es acorde a nuestro fin (salud mental) la protocolización del funcionamiento hospitalario una vez que regresemos a la normalidad? Dicho de otra forma: ¿si protocolizamos más exhaustivamente nuestra actividad diaria, seriamos mejores como efectores de salud mental? ¿Qué es un protocolo? Respondiendo de acuerdo a la acepción que nos interesa: el protocolo es un conjunto de reglas o instrucciones a seguir, fijadas por la ley o la tradición. Teniendo en cuenta esto. ¿Será que en algún momento los usos y costumbres (tradición) fueron acordes con un óptimo funcionamiento institucional en relación al objetivo (salud mental) y en los tiempos que corren éstas prácticas son anacrónicas y, en consecuencia, desnaturalizan nuestro objetivo? ¿Qué es una institución sino los atributos de las personas que la componen y su trabajo coordinado?