Todos los 8 de marzo se conmemora en el mundo la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos. 
Su origen se enmarca en un contexto histórico e ideológico determinado por profundas desigualdades, que movilizaron y sentaron las bases para las luchas y trayectorias del colectivo.

En nuestro hospital, este espacio se gesta en el escenario institucional, de manera autoconvocada en marzo del 2019, a partir de la organización de una jornada de encuentro en ocasión del 8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Allí nos constituimos como un grupo de mujeres, que traemos en común el compromiso por transversalizar la perspectiva de género en esta institución, repensar  el hospital y los vínculos que se traman entre trabajadoras/es y usuarias/os/es que configuran y dan cuerpo al HESM.
Este espacio de acción es integrado por mujeres que sostienen sus actividades hospitalarias en diferentes servicios profesionales, no profesionales, administrativos y de maestranza.

“Autoconvocadas”, fue una  primera manera de nombrar, de sentir cierta comodidad y afinidad en esa forma muy ligada al deseo y a una ética de construir en esa dirección.

Transversalizar la perspectiva de género en nuestras prácticas implica estar atentas a  erradicar   todas aquellas acciones que en el ámbito hospitalario generen subordinación, desigualdad y la opresión de las mujeres e identidades disidentes. Este ha sido el objetivo primordial que tomo cuerpo en una serie de variadas actividades que han sido algunas abiertas a todas las mujeres trabajadoras del hospital, otras sostenidas en grupalidades más pequeñas y otras específicamente del equipo de mujeres que conformamos este espacio: Termómetro de (des)igualdades de género en nuestro trabajo (marzo 2019); Elaboración de informe institucional (junio 2019); Muestra itinerante e instancias de encuentro y de diálogo con sectores institucionales; Conversatorios de Sensibilización e Información sobre Violencia de Género; lectura de investigaciones vinculadas; Libro colectivo: Mujeres que cuentan 8M (2020); Ela-
boración de un protocolo en el afán de crear nuevas regulaciones institucionales que planteen modos alternativos de vincularidad y de subjetivación.
Estas actividades realizadas, y aquellas en agenda para este año entrante, las pensamos en la clave de lo micropolítico, lo situado y lo territorial, que es una forma de cuestionamiento precisamente a las universalidades   
respecto de ser mujeres, trabajadoras, usuarias, incluso feministas.

Estos espacios nos han permitido, mediante actividades e intervenciones, empezar a identificar algunas de las dificultades e ir construyendo un diagnóstico de la situación, objetivos y estrategias que han quedado plasmadas en el proyecto presentado institucionalmente y que cuenta con el aval de la institución desde agosto del año 2020.

Para este año que llega, deseamos poder seguir profundizando estos movimientos aportando en la construcción de un hospital libre de violencias sexistas y de cualquier tipo de discriminación, cuidando de nuestros derechos; y que esta red que nos permitimos sostener potencie los lazos institucionales e interinstitucionales.

Lectura sugerida: Ana María Fernández. La mujer de la Ilusión; cap 2 “La bella diferencia”

Allí la autora nos transmite como las transformaciones de millones de mujeres anónimas en diferentes lugares del mundo, en las dimensiones de sus vidas cotidianas, políticas, laborales y académicas, instituyeron un movimiento que visibilizó la discriminación. 
Ese movimiento  desnaturalizó las prácticas, denunció, incomodó y produjo importantes vacilaciones en los imaginarios sociales que legitimaron durante tantas épocas la desigualdad entre hombres y mujeres.