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“La experiencia de acompañar en la grupalidad fue todo un aprendizaje”

Alejandro Lasbías, es estudiante de la Lic. en Trabajo Social. Este año realizó sus prácticas pre-profesionales en el Dispositivo de Casa de Medio Camino (CMC) y nos cuenta su experiencia.

“La experiencia de acompañar en la grupalidad fue todo un aprendizaje”

Alejandro Lasbías, es estudiante de la Lic. en Trabajo Social. Este año realizó sus prácticas pre-profesionales en el Dispositivo de Casa de Medio Camino (CMC) y nos cuenta su experiencia.

Su llegada a CMC estuvo enmarcada en las prácticas pre-profesionales del 4to año de la Lic. en Trabajo Social, de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos. 

“En el marco de la cátedra Intervención Profesional e Institucionalidad Social -cuyas referentes son Gabriela Romero y Magalí Brown, ambas Trabajadoras Sociales- se designaron los centros de prácticas a cada estudiante, teniendo en cuenta la modalidad de cada lugar y las situaciones personales de cada uno”. 

En el dispositivo su referente disciplinar fue la Lic. en Trabajo Social Liza Benedetti, quien además es la Coordinadora del dispositivo y egresada y docente de la FTS UNER. 

“Ella junto a todo el equipo de profesionales, me acompañaron en mi proceso, con mis inquietudes, dudas y propuestas en el dispositivo”.

¿Cómo describís tu pasaje por el dispositivo? 

“Mi pasaje por el dispositivo fue muy enriquecedor, pude ver en la práctica aquellas teorías sobre salud mental aprendidas en la facultad, hacer lecturas propias sobre la Ley Nacional de Salud Mental, las intervenciones basadas en una lógica sustitutiva a la manicomial, la estrategia de la atención primaria de la salud, la perspectiva en derechos y el ejercicio de la autonomía. También este proceso me posibilitó nutrir mi modo de ver y de argumentar teóricamente sobre el quehacer profesional en el proceso de intervención”.

“Fue un gran aprendizaje entender la dinámica de trabajo en equipo; las lecturas de situaciones, sus aportes fundados desde cada disciplina y la construcción de la intervención profesional interdisciplinariamente y articulando con otras áreas del HESM y con otras instituciones, ya que acompañan vidas de manera integral”.

“Con los usuarios y usuarias de la Casa aprendí sobre el quehacer profesional del Trabajo Social. Ellos y ellas me enseñaron -a través de sus demandas- el oficio de mi carrera. En compañía del equipo, fui trazando a través de la escucha y la mirada, mis propuestas de actividades bajo los objetivos del dispositivo. También, mi proceso de prácticas, estuvo atravesado por la situación de crisis actual que transitamos, con las luchas por la Educación y la Salud Pública”.

Sobre los aportes en este tránsito

“Considero que pude aportar, a través de las herramientas del trabajo social como la escucha, la observación y el diálogo, reflexiones sobre las situaciones que transitaba cada usuario/a de la Casa, sus vínculos y sentires. Y a partir de ahí, proponer actividades, como de paseo o caminatas y hasta de cocinar, como recurso para la promoción de la salud. Todo esto me aportó conocimientos y experiencias sobre la intervención profesional en el campo de la salud mental, y reflexionar sobre la mirada del Trabajo Social en un equipo interdisciplinario, sobre la importancia de estos dispositivos que acompañan vidas cotidianas desde la perspectiva de derechos, dignificando vidas”.

¿Cómo fue la experiencia de acompañar a la grupalidad?

“Acompañar las asambleas, la organización y planificación de  la limpieza, la cocina, la lista para la compra en el supermercado y hasta pensar en proponer actividades pensando en los usuarios/as de la Casa, fue un gran aprendizaje”. 

“Algo que me sirvió para abordar con la grupalidad fue proponer hacer una torta en grupo, recuperando sus saberes y recetas de sus vidas. Fue una opción muy significativa para poner en práctica el trabajo en grupo y como herramienta para el diálogo. Como también lo fueron los paseos grupales en donde con mate de por medio, renacían recuerdos, sueños y proyectos de vidas”.

 

¿Qué sensaciones, emociones, tuviste al inicio y cuáles habiendo finalizado tu práctica?

“En la Casa de Medio Camino, he transitado momentos de incertidumbre, alegrías, risas, ansiedades y situaciones que me daban ganas de poner todas las energías en aprender. Por momentos también estuve cansado y saturado, sobre todo por lo que pasaba alrededor pero el dispositivo me motorizaba (equipo y usuarios/as) a descansar y a seguir con mi proceso de prácticas”.

“Me despedí y agradecí a cada uno/a por abrirme sus puertas, enseñarme y compartir conmigo eso de lo que es construir salud mental con un otro/a/e. Recuerdo que bajé las escaleras y abrí esa gran puerta de madera y la cerré, llevando conmigo un montón de recuerdos, conocimientos e interrogantes sobre la continuidad de las historias de vida en la Casa”.

Por último me gustaría resaltar que a través de esta experiencia me sentí parte del complejo y significativo -y hasta artesanal- trabajo que se realiza en los dispositivos alternativos en el HESM. Es mi deseo que se sigan replicando en pos de acompañar vidas y construir un entre caminos.

Me gustaría  agradecer a la Universidad Pública de Trabajo Social - UNER, al HESM y al equipo y cada usuario/a de la Casa de Medio Camino, por enseñarme y transferirme ese oficio del lazo que se teje en la Casa, en donde me brindaron un poco de esperanza ante tanta desesperanza, han dejado huellas que guiarán mis futuras intervenciones profesionales con ese horizonte de construir salud mental colectivamente, respetando la autonomía y basado en los derechos humanos.

 

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