Si nos preguntamos ¿Qué hacemos mayormente en nuestros quehaceres cotidianos? Podremos coincidir, después de algunos cabildeos, en la siguiente respuesta: ¡Hablar! Pero no se trata de hablar como pérdida de tiempo sino que es un hablar generador.

Durante muchísimo tiempo el lenguaje fue concebido como descriptivo y, por lo tanto, pasivo. Desde esta concepción habría primero una realidad y luego el lenguaje que la describe. Y esto no es errado ni vale desmerecerlo.

Claro que esto no siempre fue así. Gracias a las reflexiones realizadas por biólogos, epistemólogos, lingüistas, semiólogos, etc., el lenguaje no sólo nos permite hablar “acerca de las cosas” sino que, al ser generativo, “hace que las cosas sucedan”. Por eso para ellos “una cultura es una red de conversaciones donde se entrelazan emociones y acciones en el lenguaje”.

Hablamos de una concepción activa del lenguaje en cualquiera de sus expresiones, ya sea oral, escrito, corporal, etc. Correo electrónico, fax, teléfono, videoconferencia y otros, no son sino canales de comunicación y expresión del lenguaje.

Por ello hablamos del poder generador del lenguaje. A través de él pedimos, prometemos, expresamos ideas y opiniones, definimos acciones, coordinamos acciones con otros. Pero además, “nos transforma en seres que usan el lenguaje para construir sentido”.

Desde esta nueva concepción, por su carácter generativo y transformador, crea realidades y nos posibilita diseñar nuevos vínculos con los otros, otras, otres. Simplemente con decir “si” o “no” abrimos o cerramos posibilidades para nosotres y para otras y otros. Hace que las cosas pasen y lo que suceda no sólo afectará el futuro sino que fundamentalmente traemos a la mano el mundo en el cual deseamos pertenecer.

En este sentido nos persuade un lenguaje inclusivo que nos permita dialogar con otros modos de leer la realidad social, de habitar el mundo.

Es desde esta mirada, que desde este área de comunicación institucional del Hospital Escuela de Salud Mental, y atendiendo a las particularidades y singularidades de los usuarios, usuarias, usuaries que llegan a nuestro hospital y al mundo que deseamos y proponemos habitar, hemos decidido ir incorporando el uso de lo que se denomina lenguaje inclusivo, integrador o no sexista.

“Entendemos por lenguaje sexista aquel que prioriza el uso de uno de los dos géneros (generalmente el masculino) para referirse a ambos, excluyendo al otro (aunque sea, como en la mayoría de los casos, involuntaria dicha exclusión).” (Pequeño Manual del Lenguaje integrador no sexista, p. 13).  

Porque el lenguaje es abierto, vivo, porque se construye cotidianamente, nos animamos a conmover los modos como nos acostumbramos a nombrarnos, esos modos que bajo una supuesta “neutralidad” usaban el masculino como genérico, quedando invisibilizadas o, diríamos, negadas, todo el abanico de identidades que existen y se recrean en nuestra sociedad.

Apostamos, así, a que todas, todos y todes podamos ser parte y sentirnos comunidad.

Incluimos link de "Guía para el tratamiento de identidades de géneros, orientación sexual e intersexualidad" de la Defensoría del Público: http://defensadelpublico.gob.ar/guia-para-el-tratamiento-periodistico-responsable-de-identidades-de-...