Torta con festejos, es igual, a casa de té!
Crónica del paseo realizado por el Espacio de Salidas el viernes 31 de agosto del 2018.
Todo arranca un martes por la mañana en la asamblea, donde nos
juntamos habitualmente en el viejo comedor del hospital, un grupo de entusiastas
salidores, en busca de nuevas aventuras. Muy cómodos en los sillones del
espacio y ubicados en ronda, conversamos, debatimos y discutimos.
Tal como un grupete de amigos, que no siempre se puede poner de acuerdo, no lográbamos coincidir; hasta que de pronto uno de los compañeros tira la idea de festejar todos los cumpleaños del mes. Una de las coordinadoras presentes, engancha: ¡torta con festejos, es igual a, casa de té!, ¡eureka! y se suman todos a lo propuesta.
El día del paseo amaneció lluvioso y muy frío. En el transcurso de la mañana se puso en duda la posibilidad de salir para resguardar la salud de los usuarios; pero en cuanto dejo de llover, todos supimos que nada podía detener la ilusión de ir a conocer un lugar nuevo, a saborear de sus exquisiteces y el deleite particular que genera el paseo en grupo, a pesar del mal tiempo.
Convencidos y bien abrigados, nos embarcamos en el colectivo que nos llevó directo a la casa de té, donde nos recibieron con mucha calidez. Rápidamente, nos ubicamos en un sector reservado por nosotros. Una picardía de la señora más popular del grupo nos hizo tentar de la risa, cuando se le ocurrió usar de perchero una escultura que tenía a su lado, cubriéndola por completo con total espontaneidad. Una compañera, que se percató del hecho, lo usó de modo socarrón, para reírnos toda la tarde. Minutos antes de irnos, la susodicha decidió descolgar el saco de encima de la estatua.
Pasamos la tarde plácidamente. Merendamos en dos mesas redondas, compartiendo una variedad de finas masas, tortas, sandwichs, licuados, gaseosas y no faltó el clásico cafecito. Conversamos sobre el arte de la pastelería, aprovechando que uno de los integrantes del grupo es muy reconocido en el taller de cocina del hospital, “Como en Casa”, donde se desempeña de manera notable a la hora de amasar. También se mencionó el tema del clima, la música del lugar y hasta nos encontramos, algunos trabajadores y profesionales de la institución, con los que intercambiamos abrazos y selfies para el recuerdo.
Cuando nos sentimos satisfechos, ya entrado el sol en el horizonte, decidimos emprender el retorno. Como quien no quiere la cosa, pasamos por el kiosco a cargar provisiones de cigarrillos y caramelos para pasar el fin de semana en la soledad de la institución, pero esta vez, con el vivo recuerdo de una tarde particularmente dulce.