Se anuncia la llegada de una nueva época del año, donde reflotan y renacen nuevos
aromas y colores, que nos revisten a todes, de un entorno más pintoresco; fluir de
energías que activan la idea firme, de emerger en un paseo. De esta manera, tenemos
una nueva escusa para salir en grupo y en una asamblea armamos un plan de festejo
primaveral.
Anticipándonos a las celebraciones del viernes, decidimos sumarnos a la propuesta
del Hospital de Día, que convocaba a toda la comunidad, para el jueves 20 de
septiembre, a una cálida tarde de mates, a la vera del río con el cortejo de música para la
ocasión.
En la cocina de los preparativos, presentamos los permisos de salidas en cada
una de las salas de la institución; pusimos en conocimiento de la misma a los equipos
tratantes de les usuaries y una de las coordinadoras, se encargo de hacer las compras
pertinentes.
Llegado el momento, por su cuenta y con la ayuda de les enfermeres, cada
uno de les usuaries se emperifolló, embelleció y, aprovechando el sol imponente
que nos acobijó, pudimos andar, más sueltos de ropas.
Preparamos varios equipos de
mate y de la mano de unas docenas de variedades pasteleras para compartir, nos
buscamos uno a una, por las salas y los distintos dispositivos.
Finalmente, nos agrupamos
en el frente del hospital a las 17 hs. y entre conversaciones, las ansiedades propias de la
situación, la repartija que hacemos de las tarjetas de colectivo, los abrazos de cariño, una gran botella de agua que preparó para llevar una usuaria -teniendo en cuenta la
necesidad de todo el grupo- con la compañía de los perros alrededor -fieles a sus dueños
a quienes despiden revoloteando sus colas de felicidad- los puchos infaltables para
mitigar algo de todo los movimientos que se generan, sumado a las risas y apuros
constantes, esperamos el colectivo con rumbo definido.
Luego emprendimos una pequeña marcha a pie, de tan solo tres cuadras, hasta llegar
a la casa del Hospital de Día, un nuevo lugar y espacio, para muchos de nosotres desconocido y que, además, recientemente hizo su apertura a la comunidad,
realizando su primer agasajo primaveral en las instalaciones.
Ahí estábamos nosotres,
subiendo las empinadas escaleras, alentando a los más remolones para que no detengan
la marcha, todes muy bien predispuestos al encuentro.
Una vez dentro, algunes se tomaron el atrevimiento de recorrer, divagar y conocer la
casa hasta el último rincón; mientras que otres nos ubicamos en el patio, en una gran
ronda de amigos para matear a gusto y placer. A su vez, en una de las salas de estar más
amplia de la casa, se arrimó la parejita del grupo para
presenciar el acústico en vivo.
Es decir, al mismo tiempo y en el mismo lugar, aunque
con desplazamientos distintos, fuimos siendo parte integral, de aquella hermosa antesala
primaveral y con el río de fondo, a unos pocos metros, pudimos disfrutar, toda la tarde.
Entre nosotres, nos sacamos varias fotos dejando todo grabado en imágenes, desde el
principio y hasta el final de la salida. Las hay grupales, individuales, dinámicas de dúos,
se formaron cuartetos y hasta nos prendimos al foco de canal nueve, con una foto para
el recuerdo junto a la Ministra de Salud, que cedió muy amable y cordialmente, a los
piropos e insistencias de nuestro compañero de cabellera blanca, reconocido por su
inagotable galantería.
Con la fuerza de la naturaleza que cambia su aire con cada nueva estación,
renovamos la potencia del encuentro, en los ajetreos de un paseo, que siempre tiene la
impronta de un viaje por delante, que pretendemos nunca llegue a su fin.