Casa de Medio Camino: Una experiencia de trabajo
Cristina Abaca es enfermera de nuestro Hospital. Entre otras funciones, integra el equipo de trabajo de la CMC.
Cristina Abaca, enfermera del HESM, integra el equipo de trabajo de la Casa de Medio Camino (CMC). En la II Jornada Provincial de Enfemería en Salud Mental (noviembre 2018, HESM), compartió su experiencia conformando este equipo que inicia el recorrido del primer dispositivo de estas características de nuestra institución.
Quiero compartirles mi experiencia conformando un Equipo Interdisciplinario en la Casa de Medio Camino.
Voy a iluminar cada parte de lo que expondré con frases del libro “Estar en común sin comunidad”, de Percia, Marcelo y otros (1ª edición, noviembre de 2017).
“LA PALABRA PORVENIR CUSTODIA LO TODAVIA NO PRONUNCIADO”(Percia y otros, 2017, pág. 23).
La Conferencia sobre la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina celebrada en Caracas en noviembre de 1990, y auspiciada por la Organización Panamericana de la Salud, marcó un hito histórico en el camino de la reforma y modernización de los servicios de salud mental en la región. La Declaración de Caracas enfatizó que la atención centrada en el hospital siquiátrico debía ser sustituida por un modelo de base comunitaria, descentralizado, participativo e integral.
La respuesta o alternativa al hospital siquiátrico dista de ser simple y tiene aspectos éticos, técnicos, administrativos y financieros. La respuesta no consiste solamente en la mejora de las condiciones de vida de los pacientes ni en la “deshospitalización” masiva de los enfermos internados. Sino que implica el desarrollo de servicios alternativos de tipo ambulatorio y de base comunitaria (“Salud mental en la Comunidad”, pág. 6).
Con este marco histórico y transitando el camino de la reforma y modernización de los servicios de salud mental, se han concretado Casas de Medio Camino en Rosario del Tala y aquí en Paraná hace algunos años. Hoy podemos decir que, aquí en Paraná y desde este Hospital Escuela de Salud Mental, se ha logrado un nuevo dispositivo, la Casa de Medio Camino (CMC), el 25 de abril de 2018. Estos dispositivos, también son llamados Hogares o Residencias asistidas.
Podemos expresar, en términos de desafío, que se continúen pronunciando acciones, prácticas, intervenciones saludables en los servicios de salud mental.
“LA COSA CONSISTE SIEMPRE, EN VOLVER A DESCONOCER LO CONOCIDO” (Percia, 2017, pág. 20).
Un tiempo antes de la inauguración de la CMC me proponen desde el Departamento de Enfermería trabajar allí. Me reúno con otros profesionales que ya estaban en el proyecto y me comentan acerca de éste. Se trata de un dispositivo nuevo, habitacional para Usuarios que están en condiciones de Alta de la Internación pero que, por distintas razones, permanecen hospitalizados. Me nombraron quiénes la habitarían en principio y quiénes trabajaríamos, quiénes conformarían el Equipo de trabajo.
¿El objetivo? Acompañar el proceso de externación de la Institución Hospital para construir un proyecto de vida con otros, de manera saludable, con autonomía.
Mi primera repercusión/respuesta? a la propuesta fue de entusiasmo. Como enfermera, como enfermeros, somos conscientes que, en cada práctica, estamos ante un usuario que es una singularidad (Ley Nº 26.657, Decreto Reglamentario 603/2013 Cap.l Art. 4º). Y este proyecto me sonó a esto de cuidar -tan propio de nuestra profesión- esa singularidad, para que se potencie, para que emerja esa subjetividad. Y esto desde un abordaje integral, una mirada holística.
Casi enseguida repensé en los usuarios que habitarían la Casa. “Los conozco” dije, erróneamente…
Repensé a quienes conformaríamos el equipo de trabajo. También dije, erróneamente, “los conozco”.
A continuación, recuerdo que pedí a una de las Integrantes del Equipo que me enviara por correo el esquema de trabajo y más clarificado mi rol en este nuevo dispositivo. Con una sonrisa, me respondió: “Cristi, lo tenemos que ir armando. Lo vamos a ir construyendo entre todos”.
Comencé a buscar fundamentos teóricos. Releí la Ley 26.657. En el Cap. V Art. 11, hace referencia a promover el desarrollo de dispositivos tales como consultas ambulatorias, atención domiciliaria supervisada (…) otras prestaciones tales como CASAS DE CONVIVENCIA, hospitales de día (…). Releí la Ley 24.004, la del Ejercicio de Enfermería. Ésta en su Art. 2º dice: “El ejercicio de la Enfermería comprende las funciones de promoción, recuperación y rehabilitación de la salud, así como la de prevención de enfermedades (…) y en el Art. 10, a “Respetar en todas sus acciones la dignidad humana”.
Algunos compañeros me facilitaron bibliografía. Miré algo en YouTube acerca de otras experiencias de CMC.
“LA COSA CONSISTE SIEMPRE, EN VOLVER A DESCONOCER LO CONOCIDO” (Percia, 2017, pág. 20).
Digo entonces que lo que yo ya “me sabía”, lo que ya “tenía conocido”, tuve que volver a conocerlo: marcos legales, usuarios, profesionales, mi propia práctica.
“DE PRONTO, LA PRESENCIA DE UN EQUIPO QUE TRABAJA PENSANDO CÓMO ALOJAR LAS SICOSIS FUERA DE LOS MANICOMIOS (…) EN CASAS QUE SE OFREZCAN COMO MORADAS PARA VIVIR…”(Percia, 2017, pág. 21).
En el Cap. V Art.8º de la Ley Nº 26.657 se lee “debe promoverse que la atención en salud mental esté a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores (…) se incluyen las áreas de sicología, psiquiatría, trabajo social, enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes.” El Equipo de Trabajo de esta CMC está conformado por 2 enfermeros, una sicóloga, una médica siquiatra, una terapista ocupacional, un acompañante terapéutico y una trabajadora social.
Ya en los primeros días de trabajo en la Casa, se me presenta enriquecedor, y un tanto complejo, el Trabajo Interdisciplinario.
¿Por qué enriquecedor? Aprendizaje de vocabulario, ópticas, otras modalidades de abordaje terapéutico. Espacios de planificación y organización del trabajo. Evidencié, desde el vamos, un grupo muy rico en valores humanos, con una gran capacidad de trabajo, de compromiso.
¿Por qué un tanto complejo? Mi experiencia de trabajo como enfermera, poca por cierto, es aquí en el Hospital, en la Salas de Internación y algunos meses en la Guardia. Pero me remito a la Sala: hay una organización definida de la Práctica, de los Cuidados. Y en cuanto al quehacer con otros Profesionales, hablo de mí; ha sido mayormente acotado a ofrecer información acerca de la evolución del usuario, cumplimiento de lo prescripto y algunas resoluciones del cotidiano de la Sala acordado entre los compañeros enfermeros.
Y ahora, en este dispositivo, había que ir construyendo casi todo y entre todos. Se trataba de pensar el acompañar y apoyar a los Usuarios desde otra perspectiva. Con objetivos muy claros y específicos: la convivencia y la autonomía en lo cotidiano.
“RITUALES, HÁBITOS, COSTUMBRES SE PRESENTAN COMO MOVIMIENTOS QUE ENCUBREN INMOVILIDADES” (Percia, 2017, pág. 27).
En el Hospital los Usuarios de Salud Mental tenían resuelto horarios, comidas diarias, higiene, limpieza y órden de los espacios. Lugares por los que circular, accesos restringidos o permitidos.
Fui comprendiendo y asumiendo el desafío deacompañarlos a habitar la casa porque “des-internar no consiste en accionar para que alguien salga de un hospital, sino en intervenir para que alguien salga de una posición”. Que pasen a ser sujetos activos.
Esta compleja tarea, supuso inquietudes, nerviosismos, temores (ejemplos: movilizarse en colectivo, hacer compras en almacén).
En este CUIDAR pensé: “que no les pase nada, les puede pasar algo”. Muchas veces interiormente caía en el “sería mejor que quede todo igual”. Por las dudas, para que no pase nada. En estas incertidumbres vivencié profundamente la Fuerza del Equipo Interdisciplinario. Pero fue más fuerte el “MEJOR que pase algo”. Y están pasando cosas: se están movilizando muchas cosas, como decisiones, gustos, recuerdos, proyectos.
Cuánto, y repito una y otra vez “¡Cuánta vida en cada uno de ellos, cuánto para que se potencie, se habilite!”. Como dijo un autor, no recuerdo quién, “cuando el contexto externo cambia, explota lo interno”.
UNA SOLA OBLIGACIÓN “HACER INFINITIVA LA VIDA, SIEMPRE POR CONJUGAR” (Percia, 2017, pág. 11).
Se trata de intervenir para que cada usuario pueda habitar la casa, el barrio, tejer relaciones, planificar un día a día. Supone un trabajo, un trabajo que es con otros, acompañados y apoyados por un equipo. Habitar implica un proceso continuo de apropiación y un “poder contractual” que permita la participación activa en la organización material y simbólica del lugar donde se vive, así como la relación afectiva con otros.
La apuesta de habitar la casa también supone el gran esfuerzo subjetivo. El enorme cambio y movimiento que implica para cada uno de los sujetos comenzar a tomar decisiones cotidianas. Pasar del “qué comemos” al “qué cocinamos”. Poder pensar en un espacio propio, donde se sientan alojados, donde haya lugar para las decisiones, los gustos, los deseos; que algo de lo subjetivo emerja.
Habitar la CMC supone después de mucho tiempo, o tal vez por primera vez, tener la llave de una casa, tener la libertad de decidir cuándo, cómo, con quiénes y dónde. Se interviene ofreciendo condiciones para que cada uno, con sus singulares posibilidades, pueda configurar su propio recorrido.
DESAFÍO: ¿CÓMO TEJER SOSTENES QUE NO REPLIQUEN PODERES PIRAMIDALES? (Percia, 2017, pág. 19).
Desafío que es realmente preocupación. La línea delgada entre la Ley, como ordenadora y necesaria, o avasalladora. Saber que nuestra intervención es de andamiaje, de acompañamiento.
Sé que se trata de CUIDAR la subjetividad para potenciarla, recuperarla. Que cada usuario logre acciones y producciones autónomas y con sentido.
Sin embargo, la función de Enfermería en estos dispositivos es un camino a construir. No es posible pensar una práctica automatizada. Se debe situar y contextualizar la propia práctica en el ENCUENTRO con otras prácticas, en este momento histórico y social.
UNA PRÁCTICA DONDE, COMO ENFERMEROS, TRABAJANDO INTERDISCIPLINARIAMENTE, BREGUEMOS PARA QUE EL INDIVIDUO DESARROLLE AL MÁXIMO SUS POTENCIALES CREATIVOS, INTELECTUALES, EMOCIONALES Y SU CAPACIDAD DE RELACION SOLIDARIA Y CONSTRUCTIVA CON SU ENTORNO.
Y termino este compartir con palabras de un usuario de la CMC. Fueron en ocasión de comentarles que unas personas querían visitarlos.
DIJO: “¿Y QUÉ QUIEREN VER? ¿SOMOS RAROS? ESTO ES UNA CASA”.
“¿Somos raros?”, dijo. Sí, llevan el estigma de ser del Hospital…
Hace unos días me hicieron preguntas como estas: “¿Qué quiere decir que soy crónico?”, “¿se darán cuenta que soy del Hospital?”.
Y esta afirmación: “Ahora me tengo que peinar porque estoy en una casa, porque estoy con otros”, en referencia a los vecinos.
Sigamos cada uno desde su lugar promoviendo y favoreciendo la salud mental en todos.
Muchas gracias.