Otros abordajes posibles desde la enfermería
¿Cómo se trabaja desde la enfermería en Salud Mental? ¿Cómo se piensan estos abordajes en un contexto de pandemia?
Escribir se vuelve urgente cuando es necesario transmitir e historizar prácticas. Hoy, compañeros del hospital toman la pluma para contar algo de su trabajo cotidiano. Encuentran el tiempo de sentarse a poner en palabras algo que viene siendo puro cuerpo.
¿Cómo se trabaja desde la enfermería en Salud Mental? ¿Cómo se piensan estos abordajes en un contexto de pandemia?
Para Juan Hernández, jefe de enfermería de sala de hombres, las prácticas de enfermeros y enfermeras en el campo de la salud mental no se acotan a las ideas más tradicionales de atención: “es mucho más que sólo administrar una medicación”.
El desafío para transitar esos otros modos de pensar las prácticas de enfermería en salud mental surge a partir de la pregunta, del confrontarse con las prácticas. "Es necesario -dice Juan- involucrarse, interesarse por la persona que recibe nuestros cuidados, preguntarse cosas y, por supuesto, estar abiertos a lo que ese otro puede ofrecernos".
Hacer el clásico corrimiento de Objeto de cuidados a Sujeto de derechos es fundamental. Ese sujeto tiene una singularidad, una historia, intereses y, a partir de allí, es que se propone el vínculo, la comunicación y la construcción del proceso de salud-cuidado-atención para estos enfermeros y enfermeras que hoy toman la palabra.
“Nuevos Horizontes aparecen cuando nos planteamos nuevas formas de abordaje, cuando queremos enfrentar nuevos procesos como profesión, como disciplina. La realidad nos interpela a cada rato, para responder de forma concreta y en un trabajo en conjunto con los demás profesionales, para que nuestros cuidados se orienten a sujetos que tienen derechos. Lo que queremos, claramente, es que cada usuario desde su propia realidad pueda desarrollar lo máximo posible sus fortalezas: que él mismo descubra lo que quiere o puede realizar desde su propia vida con sus limitaciones y fortalezas, como todos nosotros.”
Unas manos amasando, una leche chocolata el 25 de mayo, el acondicionamiento de las salas que conforman su lugar transitoriamente, las celebraciones de cumpleaños; son algunas postales que se pueden ver en la página institucional de nuestro hospital. Esas actividades vienen siendo organizadas desde los equipos de salas como estrategias de trabajo y no sólo como lo anecdótico del acontecimiento.
“Se trata de poder pensar propuestas donde, desde enfermería, pongamos en juego nuestros saberes para trabajar en salud mental desde lo vincular, la comunicación, lo social y cultural. Esto también lo demanda el contexto del campo de la salud mental hoy, actividades de promoción y prevención son fundamentales en estos procesos”, comenta el Lic. Emiliano Blanco.
La propuesta de “quédate en casa” durante la pandemia es mucho más compleja para quienes no la tienen y, como en éste caso, pasan sus días en un hospital. El “afuera”, que hoy se ve resentido, ha sido en otros momentos una gran estrategia para abordar los padecimientos subjetivos. Por eso, los equipos de trabajo del hospital se ven reinventando sus prácticas permanentemente.
Tal es el caso de este equipo de sala que hoy nos cuenta cómo la posibilidad de recuperar algunas de las actividades de la vida cotidiana (como las que cada uno hace en sus casas) ha sido una llave para atravesar este momento en la institución.
“La idea de proponer estas actividades surgió de Ivana. Todos nos enganchamos. Intentamos ofrecerles a los usuarios un espacio en el que, algo de la humanidad que la institucionalización les va robando, se recupera. Sobre todo en nuestra sala, donde la gran mayoría son crónicos. Aquí vamos estimulando la orientación temporo-espacial, recuperando habilidades motrices, ubicando un valor en actividades mínimas como limpiar la mesa”. Así lo expresa la lic. Claudia Padilla.
Ella cuenta que estas propuestas suponen movimientos de todo tipo. Subjetivos, tanto para usuarios como trabajadores, e institucionales, ya que romper con las rutinas moviliza mucho. “Nos organizamos desde el día anterior. Coordinamos con el sector cocina para que ese día no tengan en cuenta nuestra sala. Es cambiar la rutina, es hacer un día distinto, es también dar un sentido de pertenencia.”
La licenciada en enfermería Ivana Martínez pone el ojo en la potencia que tienen muchas de las personas que están internadas y en la importancia que en los procesos de cuidados, se puedan recuperar y promover esas habilidades. “La base de todo esto es dignificar al usuario como persona. ¡ELos usuarios tienen autonomía, tienen habilidades y hay que ofrecer espacios donde la puedan desarrollar!”
Además, Ivana comenta que los fines de semana largos en el hospital tienen otro significado. Muchas veces esa quietud hace difícil el estar en la institución. En ese contexto, una propuesta de estas características promueve salud.
“La idea surgió en esos fines de semanas largos, donde primero salíamos a caminar, mediando largas charlas. Hacíamos ejercicios, salió algún que otro partido de fútbol. Allí aparecieron las primeras preguntas acerca de qué les gustaba hacer y la mayoría comentaba que querían recuperar sus actividades cotidianas.”
El anhelo por lo que se hacía antes de estar en el hospital siempre está presente, según expresa la trabajadora. “El cocinar o ayudar en tareas cotidianas son los recuerdos que tienen de la vida en sus casas. Por eso, cuando se terminaron las caminatas por la pandemia, se nos ocurrió ocupar el salón grande que tenemos en el fondo y ahí, organizar comidas con ellos. Hicimos fideos, amasamos, hicimos tortas. Lo lindo es ver cómo se preparan. Ordenando el espacio, lavándose las manos, y hasta se cortan las uñas y afeitan para llegar en condiciones a la actividad”.
El equipo de enfermería destaca que estas actividades no sólo son recreativas, sino que transforman el enquistamiento institucional y tienen efectos impensados en los procesos de salud-enfermedad.
“Pudimos ver, por ejemplo, un joven con problemas de adicciones, que se retiraba de la institución permanentemente cómo en una de las actividades se la pasó entretenido y acompañando al grupo. Amasó fideos y después, fue el encargado de lavar todos los platos. Creo que éstos, son otros modos de dignificar al usuario como persona, de hacerlos parte activa de la institución, como todos.”