Biodanza, herramienta terapéutica en el hospital público
Biodanza en el Hospital de Día, Dr. Mario Bozzi, Hospital geriátrico Pascual Palma. Relatos de una experiencia.
Dentro de las diferentes definiciones de la palabra “danza” nos encontramos con aquella que la define como “movimiento integrado pleno de sentido”, y es a partir de esta acepción que podemos decir que Biodanza es la danza de la vida.
La danza es un modo de ser-en-el-mundo, es ‘la expresión de la unidad orgánica de la especie humana con el universo’. Esta noción de la danza, es muy antigua y tiene, a través de la historia, numerosas expresiones culturales, tales como las danzas primitivas, las danzas órficas, las ceremonias tántricas o las danzas giratorias del sufismo.
En un mundo como el nuestro, de hambre, genocidio, tortura, delación y abandono infinito ¿cómo es posible ponerse a bailar? A primera vista parece una inconsecuencia. Sin embargo, no se trata sólo de danzar, sino en activar, mediante ciertas danzas, potenciales afectivos y de comunicación que nos conecten con nosotros mismos, con el semejante y con la naturaleza. Más ¿cómo podríamos cambiar el mundo sin cambiar nosotros mismos?
La transformación mediante Biodanza no es una mera reformulación de valores, sino una verdadera transculturación, un aprendizaje afectivo. Nuestra finalidad es activar, a través de la danza y ejercicios de comunicación en grupo, profundas vivencias armonizadoras.
Biodanza en el Hospital de Día, Dr. Mario Bozzi. Hospital geriátrico Pascual Palma.
Diario del nacimiento de la propuesta por Maria Alejandra Martinez, Psicopedagoga y Facilitadora de Biodanza.
Año 2013: Comencé los días miércoles, en compañía de una amiga y facilitadora de Biodanza Cristina Dangelo. Mientras, completaba mi formación como facilitadora.
Julio de 2020: Biodanza en tiempos de pandemia. Luego de 5 meses de aislamiento y buscando nuevas maneras de encontrarnos con las personas mayores pertenecientes al Hospital de Día, surgió la propuesta de Norma (ex paciente del hospital) sobre la necesidad de un espacio de biodanza.
Al principio, me resistí… Pero era tanto el entusiasmo por verse con sus compañeres que me encamine en el desafío de ofrecer un espacio virtual donde intentaríamos propiciar el encuentro. No tenía mucha idea de cómo hacerlo, por lo que averigüé con otres facilitadores.
Se sumó Dafne, una compañera que colaboró con mi escasa manipulación de la tecnología. Comenzamos haciendo un grupo de whatsApp denominado: Bio – Virtud. Incorporé a 7 personas.
Iniciamos por la mañana. Miércoles a las 10. Luego abrimos un espacio los lunes a la tardecita, con el objeto de ofrecer herramientas para un mejor descanso. El insomnio fue más frecuente a medida que el aislamiento se ampliaba.
5 de agosto de 2020: primera sesión de bio virtual. Se conectaron 3 personas. Intentamos hacer una clase tradicional de 60 minutos, acortando los tiempos. Así, continuamos hasta hoy 8 de noviembre de 2021. Las herencias que dejó la pandemia…
Lunes de noviembre: Volvimos a la presencialidad.